Rubén H. Ríos - Crítica de la Argentina - 21 de febrero, 2009 -
Este nuevo libro de poemas* de Jorge Aulicino (1949) posee la fuerza visionaria de los poetas que hacen del malestar o la angustia un observatorio de los vasos comunicantes del mundo hasta el poema.
Es, a su manera, un canto herido e irónico de la huida de los dioses metamorfoseados en la naturaleza, de la heroicidad de los hombres en la batalla, de la ciudad como una telaraña de hierro y cemento envejecidos, del absurdo de la vida modelizada y sometida a lo irreal del sentido.
La carta estratégica que describe Aulicino en estos poemas luminosos o sombríos, novelescos o alegóricos, urbanos o bucólicos, tiende a exponer un mundo que encubre su propio abismo bajo los esplendores de la máquina, los oropeles de la historia o la actualidad periodística. Buena o gran parte de este arte poético reposa en la velocidad con la que transita de la experiencia empírica, ordinaria, a niveles épicos, míticos, simbólicos o filosóficos, como si la llamada realidad se compusiera de un palimpsesto inextricable de universos.
La cierta dureza de sintaxis a la que alude el título, tomado de la primera frase del libro, menos que al estilo de Aulicino remite (por contagio, se diría) al rigor mortis de los cadáveres que pueblan la historia como el signo indispensable de la verdad de un orden que instrumentaliza la muerte y condena a los muertos (según Benjamin) a la derrota.
En cualquier caso, no hay en toda esta dramaturgia que se introduce en los espasmos de la guerra y los deleites laxos de living, con la misma facilidad que hace circular imágenes complejas o muy simples, ningún dramatismo o eretismo moral. Más bien, en un cierto punto de equilibrio inestable o ambivalencia, los poemas de Cierta dureza en la sintaxis se parecen a las observaciones de un entomólogo inclinado a ironizar sobre la tragedia social de la colmena humana. Porque quizá, en definitiva, esta obra de Aulicino no es sino la continuación de la política por otros medios.
© Crítica de la Argentina, Buenos Aires
*Cierta dureza en la sintaxis, Amadeo Mandarino, Buenos Aires, 2008
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