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Mostrando las entradas de 2019

Texto completo / Corredores en el parque

(Texto completo. Publicado en 2016 por Barnacle ) Textos de la contratapa Una y otra vez la poesía de Jorge Aulicino se metaboliza en potencia spinoziana. Acá, en estos versos donde, sobre el final de una poema, un hombre con un remo llega para golpear una puerta, volvemos a escuchar los ritmos fantásticos de esa obra maestra de la poesía argentina que fue Paisaje con autor .  Leyéndolos, uno no puede dejar de habitar el poema: estamos, por un momento, sentados en ese auto que mira a la gente correr por el parque. Fabián Casas Jorge Aulicino (Premio Nacional de Poesía 2015) ha escrito este libro recurriendo a un lenguaje que no desmiente el brillo en su parquedad y economía, llevando a cabo hazanas notorias, hasta el punto de hacer que todo parezca posible, de más noble carácter, del lado de arriba de la tierra. Lo que por aprensión no resiste el pulso acaso puede ser recordado: La poesía no es lo sorpresivo sino lo extremadamente /próximo .  Alberto Cisnero                

Comentario / Libro del engaño y del desengaño

La Jornada Semanal - México, 27 / 1 / 2017 -   Este es uno de los catorce títulos que, hasta la fecha, integran la obra poética de este autor argentino, también traductor al español nada menos que de Dante –su versión de la Comedia apareció apenas en 2015–, así como de Pasolini, Pavese, Fortini y Anedda, entre otros. Con más de tres décadas de labor periodística, así como de editor en publicaciones culturales, Aulicino nutre su poesía de un amplio bagaje compuesto, por decirlo así, de una lectura doble: la diversa y abundantísima en los libros, y la no menos intensa y numerosa fuera de ellos, como puede leerse en este Libro del engaño y del desengaño , breve sólo en cuanto a sus dimensiones materiales. [Jorge Aulicino , Libro del engaño y del desengaño , Ediciones sin Nombre , México, 2016]

Comentario / El límite más lejano

Alberto Cisnero -  Op. Cit. , junio 30, 2019 - Dos temas que recorren el libro: El blanco (o lo blanco) y el mar 1 – Lo blanco.  Ya es bien sabido que un poema significa aquello que uno desea que signifique. Lo esencial de  Mar de Chukotka  es la constante reducción del lenguaje, donde cada palabra es una respuesta y, a la vez, supone la integración de la poesía con el campo visual, con un horizonte tenso, en el cual el espacio en blanco no es ya una superficie a ser ocupada, sino un valor dinámico donde han de disponerse una serie de signos ajenos a toda intención sentimental, o de mera búsqueda de percepción y forma; logra generar un hueco para que el lector pueda transitar, leyendo, el gesto de una ausencia, la representación de la luz, el vacío o el infinito. Leemos que  “La más absoluta cercanía con las cosas,/ algo como una fusión,/ les otorgaba/ la lejanía de la luz y del hielo” . Melville nos indicó en relación al blanco, en su inevitable capítulo cuarenta y dos de  Mob

Entrevista / Poesía on line

Carina Sedevich  -  Ardea (Universidad Nacional de Villa María, Córdoba, Argentina) - Recibió el Premio Nacional de Poesía 2015. Tradujo los tres libros de la Comedia de Dante Alighieri. Fue director de la Revista Ñ durante siete años. Tiene una mirada ecléctica e integradora acerca de la poesía argentina contemporánea y administra desde hace una década un blog muy frecuentado por quienes leen poesía en internet. -Otra Iglesia es Imposible se presenta como “museo de poesía antigua y contemporánea” y doy fe de que así puede leerse. ¿Qué sentido tiene para vos la difusión de poesía? -Desde hace diez años hago una entrada por día al blog, religiosamente. Me parece un buen modo de hacer difusión de la actualidad y al mismo tiempo armar una desprolija antología de poesía universal, con centro en la Argentina, inevitablemente. Lo que se publica, lo que se publicó. Es, me parece, una manera de mostrar la biblioteca y lo que sigue ocurriendo. -¿Cómo elegís los poemas que incluís en O

Comentario / “Máquina de faro”: Ocasiones y epifanías

por Ángel Faretta , 2006   Los poemas se basan en una serie de momentos –de “ocasiones”-, una traducción al uso secular de la epifanía católica tan puesta en evidencia por el primer Joyce. Pero estas epifanías son llevadas hasta la palabra escrita por una doble conciencia poética, la del fragmento, casi como una instantánea –hay cierto Hopper en “El sereno del garaje nocturno” por ejemplo-, así como a la condensación casi aforística del “diario en público”: “Los que saben hablar no tienen tu oficio”. Este binarismo o doble vínculo se refleja también en un uso casi simétrico -pero que funciona armónicamente- de términos que deberían excluirse entre sí según ciertas poéticas fijas y estancadas en sus propios troqueles de “clasicismo” y de “novedad”. Por un lado tenemos aquellas voces ya canonizadas como tales por la poesía o por su traducción castellana de otros idiomas. Por el otro, un empleo de cierta expresión de territorialidad que no condesciende a ser reducida ni encar

Comentario / Sin corazón no se puede mirar el río

Diego L. García -  Solo Tempestad , abril 4, 2019 - En el año 2012 se editó la poesía reunida de Jorge Aulicino (1974-2011) bajo el título  Estación Finlandia  (Bajo la luna). Desde entonces, su obra se ha incrementado con nuevas publicaciones ( Libro del engaño y del desengaño, El camino imperial, El Cairo, Corredores en el parque, Mar de Chukotka ) que, sin dejar de dialogar con el conjunto anterior, se constituyen en cada caso como permanentes recomienzos. El río y otros poemas  explora las posibilidades de una poesía de personajes. Sarmiento, Agamenón, Quevedo, Teresa de Ávila, Belgrano y otros interpelan el discurso historicista y las “verdades” de esos relatos (“Nada de un mísero instante puede ser narrado” dice con acierto un de los versos). La representación de estos sujetos implica ciertos puntos pensables desde la poética: a) que el texto puede articularse como impresión de la vida (y no expresión); b) que el “mundo de afuera” (cito del poema 13) pertenece también a las

Entrevista / "La estructura explica todo"

Diego Erlan - Revista Ñ - Buenos Aires - 13.06.2015 - Esta noche, en su departamento de Balvanera [Almagro], Jorge Aulicino se sienta en su sillón, enciende una de sus pipas y, mientras escucha el crepitar del tabaco, recuerda que tenía catorce cuando intentó leer por primera vez la La divina comedia en una vieja edición de Tor. Estaba en la biblioteca de su padre, traducida por Bartolomé Mitre. No entendió nada. Ni le gustó. El libro permaneció en los estantes de la casa familiar como suelen permanecer los clásicos: envueltos con un halo de inquietud y misterio. Años después, a los treinta, las lecturas del poeta hicieron que volviera al libro desde afuera, a través del interés que le despertaban las citas de los ensayos dantescos de Borges y los poemas de T. S. Eliot. En particular un detalle: el del Canto VIII del “Infierno”, cuando Dante sube a la barca de Flegias después de Virgilio y la barca se hunde. ¿Por qué menciona Dante que se hunde? Aulicino entendió: porque es el únic

Entrevista / "Montale è stato il nostro punto di riferimento"

Davide Brullo -  Pangea  - Marzo 14, 2019, 7:38 Am - Jorge Aulicino balla il tango con Eusebio, e lo porta a Buenos Aires - Il linguaggio ha una personalità, ha geologia, destino, volto. Per questo, tradurre non è un gesto meccanico – ma neppure alchemico. La traduzione è un trapianto in cui non si produce un uguale, ma un altro – a volte un Minotauro, altre un unicorno. Provate a ripassarvi sul palato, sulle labbra, nelle narici e infine – infine, dopo!, perché la parola è carne, odore, suono, prima – questo distico: “No nos pidas la fórmula que te abra los mundos,/ sino apenas un sílaba torcida y seca como una rama”. Gemello, ma indubbiamente diverso da questo, che sappiamo da sempre, conficcato nella ramiglia dei nostri nervi novecenteschi, “Non domandarci la formula che mondi possa aprirti,/ sì qualche storta sillaba e secca come un ramo”. Anche quest’altro distico, “Tú no recuerdas; otro tiempo trastorna/ tu memoria; un hilo se devana” nella mia mente monosillabica, qui, c

Entrevista / Hacedor de la lengua

Augusto Munaro -  Gramma,  Vol. 21, Núm. 47, 2010  - Universidad del Salvador. Facultad de Filosofía y Letras. Escuela de Letras - Cuando en 1969 Jorge Aulicino publicó Reunió n, tenía apenas veinte años de edad y todo un oficio por delante: desarrollar su vocación como poeta. Pronto le siguieron Mejor matar esa lágrima (1971), Vuelo bajo (1974) y Poeta antiguo (1980), libros que, como diría en una entrevista respecto de sus tempranos esfuerzos estéticos, «abrían y cerraban un ciclo de aprendizaje y de tanteos». No obstante, aquellos textos sirvieron como «campo de maniobras» para lo que vendría luego, en su madurez: la consolidación de una estética propia. Con la aparición de La caída de los cuerpos (1983), su poética dio un viraje sustancial. Allí, todos y cada uno de sus poemas jugaban un duelo inusitado entre forma y contenido, y marcaban el inicio de una depuración estilística rigurosamente personal, que se acentuó en Paisaje con autor (1988), donde apuesta a la ca