Boardwalk Casino
Las
fantasías y los recuerdos
son,
dice, la misma cosa.
¿Dirías
que son materia?
¿Son
materia los efectos eléctricos?
¿Es
materia la luz tamizada
de
un día sin sol en un departamento?
Si
se pudiera sostener por varios segundos
ante
la vista la estructura de la mente,
si
con ella se pudiera hacer una foto
como
de una montaña rusa iluminada,
sostenida
a su vez por marquesinas
como
guardas de resplandor amarillo,
qué
cierto y rústico sería el desierto,
qué
verdad la conquista de un proyecto,
qué
real vos y los que pasan y hablan.
Flamingo Hilton
Elevadas
las rosas, secas las paredes.
Los
pasos apurados por las habitaciones.
El
celofán guardado en los placares.
Ahora,
como si patearas masas de cables viejos en la calle,
exigirías
respuestas a los problemas manufacturados
con
que te engañaste a lo largo de muchos años.
Banalidad
en la historia íntima de cada casa actual
Y
de todas las casas ya desaparecidas: los regalos,
las
enfermedades, las cenas, los patios, las cortinas.
Las
rosas son elevadas, las paredes son secas
--mueren
después, duran años con sus manchas,
pero
no tienen el color de la rosa y su enervante delicadeza--.
Rosas
o flamencos en las grandes mañanas
señalan
un itinerario en el que nadie se confunde.
Esto
es rojo, aquello es rosa, la materia es tenue.
La Concha Motel
Tu
pensamiento es una dinastía destruida
de
la que escapás con elegancia aceptable.
Tocaste
la ágil guitarra de alguna filosofía
mientras
no habías descubierto su tara hereditaria.
Fuiste
sabio mirando paredes pintadas de rojo
o
verde bajo la extraña latitud de unas lámparas de mostrador.
Amás
la desierta certeza de un clima, la decoración
en
la amplitud, los vientos que golpean el cemento
y
las cañerías, las antenas sobre los pelados montes.
Riviera
El
robot que se oxidara en el patio trasero
recordando
sus fantasías más gloriosas.
La
lluvia que crepitara en sus últimos circuitos.
Las
alcantarillas hacia las que rodaran
los
ácidos de herrumbradas baterías.
Estarían
cumpliéndose las escrituras;
aquello
que será fantasía abandonada fue real:
sobre
la Tierra ardieron los paraísos liberados por la electricidad,
el
edén de las imágenes ha viajado a través de cielos tormentosos
reiterando
que el cuerpo fue siempre espíritu, virtualidad.
MGM Grand Hotel, Casino and Theme Park
Tiranía
del deseo, aún sin objeto:
el
mero desierto, y sobre él
materia
indescriptible de sueños rudos:
un
hombre con cara de rueda de bicicleta,
el
pánico de mil arañas en fuga,
la
autorreproducción de máquinas
con
copetes de helechos o podridas
plantas
acuáticas,
la
inenarrable acumulación de lo que drenan los sueños,
canaletas
tapadas por trapos y fetos de ardillas,
fuegos
artificiales y puros impulsos nerviosos;
la
rígida opción entre el búnker monacal y el palacio,
un
león de grifería en la entrada.
Circus Circus
Canutos
en los que soplan marimbas,
haber
oído el cuento y
buscar,
ácida la garganta,
el
cuerpo incómodo, la silueta que le corresponda.
Estacionado
el auto, acechar unas horas nocturnas
que
nunca suceden, es siempre
el
día o momento de luz fabricado,
nunca
el deslizarse felino de la hora,
el
plano bramido del aire,
los
pasos lentos, el golpe del mundo
al
llegar al fondo.
Caesars Palace
Redoble
de platillos y un metrónomo en el paisaje.
No
hay vida natural tras las ventanas.
Como
si todo hubiese sido levantado
por
gitanos del espacio que no conocieran el fuego;
cuyas
manos hubiesen estado entrenadas por siglos
en
el manejo de rayos, en la fabricación industrial de cosmos.
Fremont Street
Sueño
de la falta de escrúpulos,
inconsciente
realizado de beduinos,
carpas
de pieles trasmutadas en utopías:
marchands
de pinturas sobre papel, mercaderes
de
fieltros y sortijas, chatarreros con ínfulas,
reunidos
bajo un toldo mágico y basto;
aladinos
produciendo un deseo grotesco,
geishas
ocultas en chales de luz sin sexo:
se
mira y no se toca, es
imposible
tocar.
Ferguson´s
Downtown Motel
Fumando
un cigarrillo en la terraza,
el
rápido enfriamiento de la tierra alrededor;
una
situación abstracta, sin cadencias,
la
vida como caños vacíos
en
los que resuena de vez en cuando un golpe,
gorgoteos,
un crujido.
Civilización
nocturna, respiración artificial,
venas
de neón a la intemperie;
la
obra un desatino interminable,
el
mundo un misterio corrompido.
Pop architecture
Desde
lejos se ven como paredes de crema batida,
de
cerca se aprecian los pedazos de loza
agregados
a la mezcla.
Desde
un avión a baja altura sólo serían cajas blancas.
Se
puede imaginar un borracho tardío entre botellas
completando
la escena a las diez de la mañana.
Esa
es la hora en que la vida real retuerce las tripas,
recuerda
la necesidad, limita la libertad,
invoca
paisajes más netos de bidet e inodoro
en
los que se restablece un orden insuficiente.
Tragamonedas
Usuarios
de tarjetas de crédito y cheques de viajero
intentando
la antigua transmutación de los metales,
la
suerte entregada a la estadística que llaman azar.
Al
amparo de las moscas de los pensamientos,
a
cubierto de la humedad corrosiva de los ácidos
del
tiempo que camina por delante de las ventanas
y
que vuela por encima de las grandes ciudades;
en
una noche de terciopelos eternos y luces reguladas,
buscan
el sorprendente flanco de las cosas,
el
núcleo latente del mundo, hecho de esmeralda
y
pórfido, de níquel y de rosas de oro líquido.
Whale´s Blow
A
causa de la gente amontonada en la barra, no podía
ver
a los músicos, hasta que de pronto sorprendí
la
imagen del trompetista sobre el vidrio de un cuadro
colocado
de manera lateral
y
vi la trompeta anaranjada a causa de la mezcla de luces
que
comenzó a brillar cada vez más como si hubiese estado hecha
de
cobre en fundición.
Asistí
a este espectáculo preparado por los dioses sólo para mí
estrujando
la caja de cigarrillos vacía, el pie sobre un charco de algo,
dolor
en las cervicales.
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