Ir al contenido principal

Comentario / Lírica dictada en secreto


Sandro Barella - La Nación - 12 de agosto de 2011

En Libro del engaño y del desengaño el poeta Jorge Aulicino ahonda las líneas de su obra anterior y tensa la relación entre política y experiencia personal 

 "El dulce conversar de una mente inocente." Esta cita de John Keats que Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949) incluye al comienzo de Libro del engaño y del desengaño bien podría oficiar de subtítulo al volumen. Acaso no tanto por lo que de dulce o inocente tengan los poemas, sino por lo que se desprende del "conversar de una mente". Como si poco a poco, y sobre todo a partir de aquel breve La caída de los cuerpos (publicado hace casi treinta años), Aulicino hubiese rubricado la matriz de una poética en la que, en una compleja estructura formada por lenguaje y pensamiento, la lírica se encamina a su punto de mayor incandescencia.
Libro del engaño... se compone de una primera parte homónima que constituye el núcleo del libro; un intermedio de poemas más bien breves, y un cierre, "El árbol de Baudelaire", que dialoga con el comienzo. Los treinta poemas de la primera parte ponen de relieve algunas cuestiones. Una es la posición que el poeta otorga al yo, el punto vacilante en el que opera, ya como alguien que se dirige a una segunda persona o como quien habla consigo mismo, ya como quien describe una escena que lo incluye pero no lo explica ni es explicada por él; en cualquier caso, vacilante como puede serlo cualquier sujeto que se precie, ya que decir "yo" no basta para enunciar una experiencia.
Otra cuestión es cómo en estos poemas el centro de gravedad se va desplazando, se oculta, se escatima. Aulicino pone en cuestión, además, la tensión entre estética, política y experiencia personal. La historia produce un ruido de fondo y el poeta inquiere al desengaño: "Como si no fuera posible el poema en un pensamiento,/ el siglo devino púrpura, en imágenes planas,/ el pasado devino imagen de latas estampadas,/ de discos, de instrumentos, de íconos y láminas".
Las referencias a la pintura, numerosas, ya como descripción, ya como especulación más o menos teórica, son parte de la densidad conceptual de los poemas, y no meras citas, como no son tampoco "referencias culturales" las alusiones a circunstancias históricas, geográficas o poéticas. Como en un poema de Pound, la rama de un árbol, los frescos en el muro de una iglesia o el nombre de una multinacional forman la misma materia que dará en un verso. "El barroco no es de ideas, es de yeso./ El barroco no es de mármol. Es de materia maleable", escribe a propósito de Caravaggio. Así, podría pensarse el conjunto del libro como una visión del barroco. Pero un barroco seco. O un barroco recto: no voluptuoso.
Ese mundo de la reproducción se exacerba en la última parte: mundo saturado de ruidos e imágenes, de ruinas; mundo clausurado al heroísmo cantado por la revolución ("Recuerde: cuando empezamos/ Pier Paolo ya había enterrado a Gramsci, al Partido y al siglo"), pero no negado a la épica, aunque sea la del nihilismo. Acaso una lírica dictada en secreto, por un Stalker, desde una zona ignota de la poesía argentina.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Almas en movimiento

(Texto completo. Publicado en 1995 por Libros de Tierra Firme) Sabe Júpiter que no es posible ni verosímil que la material corporal, la cual es combinable, divisible, manejable, contráctil, formable, móvil y consistente bajo el dominio imperio y virtud del alma, sea aniquilable ni en punto alguno o átomo destruible... Giordano Bruno, “La expulsión de la bestia triunfante” 1. Habitaciones para turistas Química blanca En el alba rancia, en la mañana, en la luz que amansa, sin embargo llegan sonidos incongruentes, como rugidos, relinchos, quejidos, y se diría abajo hay campo, un roquedal, el mar, el patio de un cuartel. El hombre parido de la noche intranquila al día no se molesta en mirar por la ventana: encontrará, sabe, la calle, los árboles de siempre. Recita en voz baja, canta, se baña. Filtrados por las cañerías, los conductos de aire, sintetizados con otros más lejanos de trenes y gallinas, estos ruidos sonarán a qué en otros cuartos. Ha

Entrevista / La idiosincrasia del idioma

Martín Bentancor -  La Diaria, Uruguay  - 15 de septiembre de 2023 - Cuando joven, Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949) se formó como poeta –signifique esto lo que signifique– en el Taller Literario Mario Jorge de Lellis, espacio al que también asistían otros escritores en ciernes como Irene Gruss, Marcelo Cohen y Daniel Freidemberg. Cuando joven, también, se propuso entender lo que decían los poetas italianos en su propio idioma, iniciándose así su derrotero como traductor que, con los años, lo llevó a verter al español a Cesare Pavese, Eugenio Montale, Pier Paolo Pasolini y Luciano Erba, entre otros, además de publicar, en 2015, su impresionante versión en tres tomos de la Divina Comedia. Como periodista, durante décadas fue un animal de redacciones en agencias, revistas, diarios y suplementos, y en 2015 recibió el Premio Nacional de Poesía. Desde hace 17 años administra el blog Otra iglesia es imposible, que se actualiza a diario con poemas de autores que conforman una lista kilométr

Texto Completo / Cierta dureza en la sintaxis

Cierta dureza en la sintaxis (Texto completo publicado en 2008 por Selecciones de Amadeo Mandarino) 1 Cierta dureza en la sintaxis indicaba la poca versatilidad  de aquellos cadáveres; el betún cuarteado de las botas  y ese decir desligado del verbo; verbos auxiliares,  modos verbales elegantemente suspendidos, elididos,  en la sabia equitación de una vieja práctica. ¿De qué hablás, de qué hablás? Pero si fue ayer... Fue ayer... Estabas frente al lago de ese río:  qué lejana esa costa, qué neblinosa y mañanera.  Lo tenías todo, no te habías arrastrado en la escoria  de las batallas perdidas antes de empezadas, no andabas en el orín de estos muertos... Lo comprendo, no era el Danubio, era el Paraná que marea porque viene del cielo cerebral, pero aun así... ¿Se justifica la alegre inacción, el pensamiento venteado? Abeja: la más pequeña de las aves, nace de la carne del buey. Araña: gusano que se alimenta del aire. Calandria: la que  canta la enfermedad y puede curarla. Perdiz: ave embus